- BIENES INMUEBLES:
ESTELA DEL GUERRERO DE TURBIL
Se sitúa a escasos tres kilómetros del pueblo y es la estela de bulto redondo más antigua de Navarra. Se trata de piedra tallada de morfología antropomorfa e iconografía ibérica y es una pieza única. Alrededor de esta estela se desarrolló un poblado. Éste tuvo orígen durante la edad del bronce y vivió sus años de apogeo en la edad del hierro. Fue un asentamiento prerromano durante los siglos V-II a.c. Todo esto empezó a ser investigado en los años ochenta del siglo pasado.

PALACIO DE LOS CONDES DE EZPELETA

El Palacio de los condes de Ezpeleta, que consta como de cabo de armería en la nómina oficial del Reino, es un vasto edificio de corte neoclásico, en dicho Palacio existen dos imágenes escultóricas de gran porte, una figura de la Virgen sobre el arco de entrada al palacio y una efigie del Sagrado Corazón, en la parte superior del mismo, a gran altura.
La primera fecha en que se habla del Palacio data de 1457 cuando el rey Juan II se lo concede a mosén Bernart de Ezpeleta. En 1548 don Miguel de Ezpeleta, obtuvo las prerrogativas de Cabo de Armería con derecho de llamamiento de Cortes.
Su sucesor, León de Ezpeleta logró en 1568 una merced de acostamiento de 30.000 maravedís anuales, que en 1596 pasó a disfrutar su hijo Miguel de Ezpeleta, en 1616 Ignacio Antonio de Ezpeleta y en 1660 León de Ezpeleta y Goñi.
Su sucesor Miguel de Ezpeleta solicitó en 1686 que el palacio se anotase como de cabo de armería en los Libros Reales.
En 1719, Agustín de Ezpeleta litigó por la exención de los bienes agregados. Joaquín de Ezpeleta solicitó rebate de cuarteles en 1781, cuyo hermano José de Ezpeleta fué nombrado Conde de Ezpeleta por Carlos IV en 1797.
En 1895 pasa a manos de los Padres Blancos que lo ceden en 1910 a los Padres Claretianos. Éstos lo utilizan como Seminario albergando en su seno hasta 200 seminaristas.
En 1980 se vende a particulares para explotar el terreno de la finca. Sus propietarios suscriben en 1988 un contrato de cesión con la Fundación Gaztelan para utilizar el palacio como Albergue.
ZONA ARQUEOLÓGICA DE BEIRE
Se trata de un asentamiento del siglo I d.c que se ubicaba en la calzada romana que unía Cara (santacara) y Pompaelo (Pamplona). Se han encontrado mosaicos que muestran la vida acomodada de algunos de sus habitantes. El asentamiento perduró y fue evolucionando hasta la edad media, época en la que se construyó una ermita en dicho lugar. La villa romana contaba con termas romanas, la cual contaba con dos piscinas y habitaciones con sistema de hipocausto (circulación subterránea del calor) y un mosaico.
IGLESIA PARROQUIAL DE SAN MILLÁN

Se trata de un edificio de reducidas dimensiones, construido según modelos góticos en el siglo XIV, si bien en el XIX sufrió una importante ampliación consistente en añadir crucero y cabecera. Gracias a la abundante documentación referida a estas obras tanto de planos y alzados como condicionado de las mismas, es posible conocer la planta de la iglesia gótica y sus alzados. Asimismo es muy rica la documentación gráfica de la nueva ampliación, fechada todo ello en 1817 y firmada por León Gómez.
La planta primitiva consistía en una nave de tres tramos coronada por cabecera recta, a la que se abrían la sacristía por el lado de la Epístola y por el otro la capilla de los condes de Ezpeleta, ambas de planta cuadrada. Otra capilla, esta rectangular daba al tercer tramo de la nave por el lado de la Epístola; por el mismo lado, a los pies, se localiza y aún se conserva una escalera de caracol. El conjunto estaba cubierto con bóveda de crucería simple articulada por fajones apuntados. A causa del crecimiento de la población se determinó ampliar la iglesia por la cabecera, de modo que se respetan los tres tramos de la nave gótica y dos muros de la capilla de los Ezpeleta de la sacristía que pasaban a formar parte del nuevo crucero, el cual tenía que rematar en una capilla mayor nueva. A ésta y siguiendo la antigua disposición se adosan la sacristía y la capilla de los Ezpeleta. En cuanto a los alzados estaba proyectado sustituir los soportes góticos de la nave por ménsulas de placas recortadas unidas por una cornisa moldurada y de esta manera se unifican esta zona de la iglesia con la nueva obra, lo cual, como se comprobará, no se llegó a realizar.
El resultado de todo este proceso ha sido una iglesia con planta de cruz latina, con nave gótica - siglo XIV- de tres tramos y crucero y cabecera clasicistas - siglo XIX-. Al tramo anterior al crucero se abren unas capillas rectangulares, modernas y al presbiterio dan la capilla de los Ezpeleta y la sacristía. Cubren la nave tres tramos de bóvedas de crucería simple con nervios y fajones de sección pentagonal, decorando el punto de unión de los primeros claves figurativas góticas que representan desde los pies a la cabecera un ángel con filacteria, Cristo Salvador sedente y bendiciendo a el Agnis Dei. La cubierta apea tanto en los pies como al comienzo del crucero en pilares con triple baqueton pentagonal, como cruceria, que apoyan en basas poligonales y culminan en capiteles con doble hilera de hojarasca y cabecitas de caracter muy popular.
RETABLO DEL CORAZON DE JESUS
En crucero se localiza el retablo del Sagrado Corazón, de traza moderna, que sin embargo aprovecha el banco y las triples columnas del cuerpo, de fuste entorchado, con el tercio inferior estriado y capitel compuesto, restos estos fechados en la primera mitad del siglo XVII. El retablo procede del monasterio de la Oliva. En el banco se representan en pintura sobre la tabla a San Benito, Cristo Crucificado, abrazo a San Benito, martirio de Santiago, San Bernardo reconfortado por la Virgen y San Mauro. Destaca la escena central por su aparatosa composicion con abundantes personajes. El color es todavia manicurista dominando los tonos azules y rojizos.
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